Ya nadie puede negar que la nube se ha vuelto la opción de almacenaje más popular para compañías y usuarios individuales. Sea por lo económico que resulta ser al largo plazo, por su accesibilidad sin importar la dispersión geográfica de una empresa o por sus nuevas funciones de ciberseguridad que muchas compañías ofrecen, las nubes públicas y privadas seguirán demostrando su poderío en los años que vienen.
Esto no significa, sin embargo, que el almacenamiento de datos físico vaya a dejar de ser utilizado. Desde los pequeños dispositivos USB que son tan convenientes, hasta discos duros internos o externos, tanto empresas como individuos no parecen tener intenciones de dejarlos atrás en el futuro cercano, en especial si viven en zonas donde el internet no es tan confiable.
Pero incluso si se deciden por emplear almacenamiento físico, una decisión aún falta antes de poder ubicar datos en una nueva unidad: ¿Compramos discos mecánicos o de estado sólido? A continuación, exponemos las características de ambos, sus ventajas y dejamos a consideración de cada quién cuál opción es la que más conviene adoptar.
Diferencias fundamentales.
Para tomar la decisión, primero debemos conocer lo que define a cada tipo de dispositivo antes de empezar a compararlos. Los discos mecánicos, abreviados HDD por sus siglas en inglés, son los que han estado presentes en nuestras computadoras desde que IBM comercializó el primero en 1956. Están compuestos por piezas mecánicas, de ahí el nombre que muchos les damos y usan el magnetismo para poder grabar los datos que se les asignan.
Al estar compuestos por literales discos rígidos que giran para acceder a los archivos que tienen guardados, la velocidad a la que giran y la finura de los discos determinan su calidad. Su precio varía dependiendo de la capacidad que posean y aquí llegamos a su mayor ventaja: son mucho más económicos que sus contrapartes de estado sólido.
También podría interesarte: Qué tan segura es la nube actualmente
Estos otros, abreviados SSD igual por sus siglas en inglés, son diferentes en que, en vez de utilizar piezas mecánicas que se mueven para almacenar los datos, utilizan microchips interconectados entre sí. Por lo mismo, se pueden considerar la evolución de las memorias USB, que usan el mismo sistema, pero en pequeño.
Gracias a que poseen procesadores integrados que “deciden” como almacenar, limpiar y recuperar la información que les destinamos, poseen una eficiencia superior que los hace significativamente más veloces. Son de tamaños similares a la mayoría de los mecánicos, por lo que pueden cambiarse fácilmente en una computadora que ya haya usado un HDD. Sus capacidades normalmente son mucho menores, esto quiere decir que mientras un mecánico puede almacenar hasta 10 TB de información, la opción de estado sólido más grande del mercado llega hasta los 4TB y asciende a precios mucho mayores.
Otras diferencias menores también los marcan, como el consumo eléctrico mayor de los HDD o el ruido reducido de los SDD, pero la decisión se determina en dos factores fundamentales: el presupuesto que tengamos y la cantidad de datos que necesitemos almacenar. Con esto en mente y las particularidades del disco que estemos pensando comprar, podremos tomar la decisión que más convenga a nuestras circunstancias en particular. Entra a alestra.mx para seguir al tanto de los consejos que expertos tecnológicos dan semana con semana.