La evolución de la tecnología ha ocasionado que miles de empresas enfrenten la ciberdelincuencia, considerada un delito más lucrativo que el narcotráfico.
De acuerdo con el Comité de Seguridad de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), la ciberdelincuencia se posiciona como el segundo mayor delito después del narcotráfico en México, ya que con 51 millones de usuarios en Internet, se generan atractivas oportunidades para encontrar víctimas.
Si sumamos a lo anterior que 68.5% de las personas en América Latina respaldan datos almacenados en computadoras de escritorio, 49.2% notebooks/netbooks y 13.2% cámaras digitales, según un estudios de la compañía de seguridad informática ESET (Essential Security against Evolving Threats), podemos entender que los huecos abiertos para que se generen ataques que pueden acabar financieramente o moralmente con una institución o personas, son innumerables.
Se sabe que tras un ataque cibernético –o desastre natural o humano–, 93% de las empresas que pierden datos críticos cierran sus puertas en los siguientes dos años. Este alto porcentaje ha incrementado la necesidad de que las empresas y organismos cuenten con soluciones de respaldo y seguridad de la información.
Ahora bien, la mayoría de los colaboradores en las compañías no piensa en respaldar su información y peor aún, muchas empresas no ven como una necesidad el proteger la misma y resguardarla hasta que tienen un incidente. Pese a las continuas advertencias de seguridad de datos críticos, los usuarios empresariales creen estar exentos de todo tipo de hackeo; sin embargo, existen elementos –como errores humanos, virus o descuidos– que pueden poner en riesgo el activo más importante de una organización: la información.
Con el fin de evitar pérdidas y ataques informáticos, los desarrolladores de tecnología hemos simplificado y automatizado la realización de copias o respaldo de la información a través de soluciones que siguen las tendencias tecnológicas como los ambientes de Nube o cloud computing. De esta manera, cada día es más fácil y económico que desde las PC’s o dispositivos móviles se proteja información crítica, y que ésta quede intacta, activa y disponible tras un ataque o desastre informático, garantizando así la continuidad y su completa recuperación.
Otro dato interesante es que los pequeños y medianos negocios en México tienen un alto riesgo frente al crimen cibernético. En varios momentos ejerciendo prácticas de consultoría, hemos encontrado que las empresas no cuentan con la suficiente información sobre la Ley de Protección de Datos y Deguridad ante Ataques Cibernéticos, por citar un ejemplo.
Como podemos observar, nadie está exento de un desastre informático, y ante este hecho hacernos las siguientes preguntas –y contestar honestamente– puede darnos mejor idea de cuál es la situación en la que nos encontramos:
Si la mayoría de las respuestas son negativas, será necesario revisar las opciones tecnológicas con las que contamos en nuestra empresa y comenzar a pensar en un blindaje suficientemente eficaz que proteja al organismo de ataques, descuidos o situaciones que ponga en riesgo su integridad financiera o moral.
Hoy, la Nube representa una de las mejores opciones de respaldo y resguardo de información crítica; sin embargo, las soluciones utilizadas deben tener ciertas características que hagan lo más eficiente posible la relación costo-beneficio. Por ejemplo, la Nube de Alestra cuenta con opciones que permiten realizar resguardos desde diferentes plataformas, como unidades de red, servidores o computadoras personales, así como lograr la copia y respaldo de datos de manera automática y periódica en ambientes sencillos o tan complejas como la empresa lo requiera.
Es indudable que hemos avanzado mucho en temas de seguridad y respaldo, lo que viene ahora es entender la importancia de contar con soluciones de este nivel. Los equipos de cómputo y dispositivos pueden ser reemplazados, la información y el trabajo de toda una empresa no.
De esta manera, invitamos a la nueva generación de empresas a pensar que el respaldo de información debe ser algo inherente a la estrategia de las compañías, y que de su integración y buen manejo dependerá la certidumbre y continuidad de negocio.
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