El 30 de octubre de 1938, a través de la radiodifusora Columbia Broadcasting, el entonces actor y más tarde director de cine Orson Welles dirigió un episodio del programa The Mercury Theatre on the Air. Su segmento, estructurado primero como un supuesto noticiero, combinaba segmentos más realistas con una adaptación radiofónica de la novela La Guerra de los Mundos del autor británico H.G. Wells.
Una leyenda urbana asegura que el programa fue considerado real en muchísimos hogares, provocando un pánico desmedido en grandes segmentos de Estados Unidos. La realidad es mucho menos sensacional, el pánico fue tan menor que hay muy poco registro histórico de este. Sin embargo, lo que sí está plenamente registrado es la recriminación mediática contra Orson Welles.
Su adaptación de la novela inglesa fue descrita por periodistas de aquella época como “peligrosamente engañosa” y llevó a una regulación formal por parte de la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense para evitar que otros pudieran presentar ficción como noticias reales con impunidad. Esta promulgación no perjudicó la carrera de Welles, al contrario, lo consolidó como un dramaturgo, lo que más tarde le daría oportunidades que causarían su ascendencia al estrellato.
Para los noticieros y los hechos sí tuvo un impacto especial, pues fue la primera ocasión en que una noticia falsa, aunque no fuera hecha con el propósito de desinformar, era distribuida con medios de comunicación masivos como si fuera realidad. Ya sea por personalidades mediáticas, columnistas fraudulentos, países opuestos políticamente o simples difamadores, la tradición de La Guerra de los Mundos siguió con nuevos propósitos negativos, eventualmente usando al internet como plataforma para traer un nuevo auge en noticias falsas como ningún otro medio de comunicación lo había logrado antes.
No se tiene que ser partidario de ningún movimiento social, religioso o político, la necesidad de poder discernir las verdades de las mentiras trasciende cualquier barrera ideológica. Es básica para mantenerse informado y tomar decisiones que eviten perjudicarnos, especialmente durante el distanciamiento social. ¿Pero cómo diferenciar? ¿Qué signos nos dan las “Fake News” de que son falsas?
Conductos por donde llegan y cómo identificarlas.
Ya sea por WhatsApp, Facebook, Twitter o cualquier red social, la información falsa utiliza a los usuarios como su principal medio de proliferación. No es sorpresa que las “Fake News” más notorias hayan sido compartidas por importantes políticos o actores, entre más atención pública tenga el usuario que comparte, más probable es que el contenido falso ya sea de forma accidental o no, llegue a más personas que a su vez lo compartan.
El peligro real que las noticias falsas pueden provocar puede ser, lamentablemente, ejemplificado por casos como el de Facebook en Myanmar. La compañía estadounidense introdujo su servicio en un país sin experiencia cibernética previa, descartando cualquier clase de regulación de contenido, lo que permitió una campaña de acoso y odio traída gracias a noticias falsas, que movió a la población general contra la minoría Rohingya que resultó en casos de migración forzada y hasta asesinatos.
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Así, la importancia de cuidar el contenido que compartimos es evidente, pero ¿qué estrategias podemos implementar como usuarios para evitar caer en estas farsas? A continuación, enlistamos cinco aspectos cruciales a tomar en cuenta:
Con estos cinco preceptos permanentes y el compromiso de investigar antes de compartir, evitaremos caer en tendencias equívocas, volviéndonos murallas donde las “Fake News” son detenidas en seco. Si acaso estas aún tuvieran propósitos artísticos como aquel programa de radio legendario no serían tan peligrosas, pero han evolucionado hasta volverse armas que pueden arruinarle la vida a inocentes y hasta perjudicar nuestra salud.
Fuentes:
https://www.ccmexico.com.mx/blog/noticias/como-identificar-noticias-falsas.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45561204